La sal del mar y el cloro de la piscina pueden causar más de un disgusto a los usuarios de lentes de contacto. Unas sencillas pautas evitan irritaciones e infecciones sin renunciar a una correcta visión.
El verano es una época de uso y abuso de las lentillas. Los usuarios tienden a llevarlas durante más horas de las aconsejables y realizan actividades que ponen en riesgo su salud ocular. “La relajación de hábitos de uso y mantenimiento adecuado durante las vacaciones estivales aumenta el riesgo potencial de complicaciones”, confirma César Villa Collar, portavoz del Colegio Nacional de Ópticos Optometristas de España (CNOO).
El mar y las piscinas no son buenas compañeras de la utilización de lentes de contacto porque, según expone Fernando Cansino, vocal de Óptica del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla y vocal autonómico de esta misma especialidad en el Consejo Andaluz de Farmacéuticos (Cacof), “pueden verse alteradas por la salinidad o por el cloro”.
ción adecuada, manteniendo los ojos y las lentillas a salvo del contacto con el agua.
Utilizar preferentemente lentes de reemplazo diario. Cuanto más frecuentemente se cambien, menor es la posibilidad de que se contaminen o alteren por la acción continuada de agentes externos.
Las lentillas con menor porcentaje de hidratación, al absorber menos cantidad de agua, están menos expuestas a la acción del cloro y el salitre. En especial, las lentes de contacto RPG (rígidas permeables a los gases), ya que no absorben agua y son más inalterables ante la acción de cloro y el salitre. Dentro de las hidrofílicas o blandas, también hay diferencias importantes en la cantidad de agua de cada lente: desde un 38% a un 90% de hidratación.
Otra cuestión a tener en cuenta es la capacidad de transmitir el oxígeno del material de la lentilla. Las de hidrogel de silicona tienen una mayor permeabilidad al oxígeno, permitiendo un uso durante más horas sin riesgo de hipoxia (falta de oxígeno) para la córnea.
Es conveniente desinfectar y limpiar las lentes de contacto con más intensidad cuanto mayor sea el tiempo que vayan a usarse, con el fin de disminuir la probabilidad de irritación ocular o infección.
Como alternativa a las lentes de contacto, para las personas que requieren una mayor corrección óptica para ver y deseen tener este problema resuelto durante el baño, existen gafas de natación graduadas.
¿Cómo afecta el calor a las lentillas?
Más que el calor, aclara Villa, en el uso de las lentes de contacto “influye la combinación de temperatura y humedad”. La humedad media o alta favorece la tolerancia a la lente, pero en zonas muy secas y calurosas el usuario puede notar sensación de ojo seco. Para combatir este problema recomienda “la utilización de humectantes oculares o lágrimas artificiales compatibles con las lentes de contacto”.
Cansino añade el efecto de la evaporación: con las altas temperaturas “las lentes se deshidratan más y, al evaporarse más la lágrima, también los síntomas del ojo seco se ven aumentados”. A esto hay que sumar el efecto del aire acondicionado, que “disminuye mucho la humectación, resecando más tanto las lentes de contacto como la superficie ocular”.
Gafas de sol para usuarios de lentes de contacto
¿Los usuarios de lentillas tienen que usar algún tipo de gafas de sol especiales? “El uso de gafas de sol debe de ser obligado no solo en usuarios de lentes de contacto, sino en la población general cuando hay exposición a la radiación ultravioleta de la luz solar”, responde el portavoz del CNOO.
La elección del tipo de filtro de protección solar se debe realizar, según el vocal de Óptica del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, “en función de la actividad que se va a desarrollar, y no del uso o no de lentes de contacto”. Así, un empleo deportivo acuático exigirá un filtrado más potente de la radiación, por la cantidad de sol reflejada en la superficie del mar, por lo que para deportes en el mar o en la montaña se recomienda un filtro de categoría 4 (lentes muy oscuras), con el que no se debe conducir un coche. En cambio, para un uso más urbano, e incluso en la playa, es suficiente un filtro de categoría 3.
Por otro lado, Cansino especifica que, si además las gafas de sol son polarizadas, “este tipo de filtro asegura una mayor nitidez en la imagen, una mayor naturalidad en la percepción de los colores, y un menor esfuerzo visual, por lo que son más recomendables que los filtros sencillos”.
Sin una protección adecuada, el sol puede provocar desde alteraciones en la superficie ocular, como la pinguécula o el pterigión, hasta problemas en el cristalino, como las cataratas, o incluso en la retina, como la degeneración macular. “De hecho, algunas lentes de contacto vienen con filtro UV y este año se han comercializado las primeras lentillas fotocromáticas, que se oscurecen más o menos en función de la intensidad de luz solar existente”, agrega el representante del Cacof.
Pautas para cualquier época del año
Junto a las recomendaciones específicas para el verano y las vacaciones, conviene recordar las pautas generales de buen uso de las lentes de contacto:
No utilizar nunca agua del grifo en el proceso de limpieza, conservación o manipulación de las lentes de contacto.
Renovar el estuche portalentes cada vez que se desprecinta una nueva solución de mantenimiento y desechar las lentillas cuando toca.
Manejar siempre las lentes de contacto con las manos limpias.
Dejar de utilizarlas y consultar al profesional si hay molestias oculares, ojo rojo o disminución de la visión.
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