Salbutamol: cómo usar correctamente este medicamento para el asma

El salbutamol es un medicamento para el asma muy eficaz y ampliamente utilizado, pero los últimos estudios aconsejan evitar su uso habitual porque puede incrementar el riesgo de crisis asmáticas graves.

El salbutamol (popularmente conocido por el nombre comercial Ventolín) es un broncodilatador: abre los bronquios de los pulmones para que pueda pasar el aire y mejore la respiración. Es un agonista selectivo de los receptores beta 2 adrenérgicos, que significa que ejerce su acción sobre estos receptores del músculo bronquial. Actúa muy rápidamente -a los 5 minutos- y tiene una duración de acción de entre 4 y 6 horas. Generalmente se usa de forma inhalada, pero también existen presentaciones por vía oral e inyectada.

Es un medicamento que únicamente debe administrarse con receta médica y es ampliamente utilizado, sobre todo, en pacientes con asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Sin embargo, en los últimos tiempos se tiende a restringir el uso de los broncodilatadores de acción corta (salbutamol y terbutalina) debido a los problemas que pueden ocasionar a largo plazo. Según ha explicado a CuídatePlus José Gregorio Soto, coordinador del Área de Trabajo de Asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), se trata de un fármaco considerado de rescate y “en las nuevas guías de práctica clínica se especifica que no hay que abusar de él porque hay algunos estudios recientes, referidos sobre todo a asma, que muestran que la utilización de tres o más envases de salbutamol al año se asocia a un mayor riesgo de agudizaciones, de uso de los servicios sanitarios de urgencias e, incluso, de mortalidad”.

¿A qué se debe este riesgo de complicaciones por el sobreuso de salbutamol? El neumólogo señala que el asma “es una enfermedad inflamatoria y el salbutamol no es un antiinflamatorio. Alivia el espasmo del músculo liso, pero la inflamación sigue subyacente, con lo cual va creciendo hasta que el paciente entra en una crisis mucho más grave”. En definitiva, si un paciente lo utiliza mucho, es que su asma está mal controlada y es necesario incidir en la medicación que realmente mantiene a raya la patología. “Es un fármaco solamente de alivio que hay que usar en determinadas circunstancias, pero para el tratamiento de la enfermedad preferimos otro tipo de productos, como son los corticoides inhalados”, concluye el especialista.

Uso del salbutamol según la vía de administración

El salbutamol se encuentra comercializado en diferentes formatos o formas de administración. “Disponemos de las presentaciones orales (jarabe y comprimidos), las presentaciones inhaladas (en este grupo tenemos los inhaladores de cartucho presurizado y la solución para inhalación en ampollas) y las presentaciones inyectables (viales)”, apunta Judit Carrera, del Centro de Información del Medicamento del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona (COFB).

Estas son las indicaciones terapéuticas en función de la vía de administración:

Tratamiento sintomático del broncoespasmo (cierre de conductos de aire en los pulmones) en el asma bronquial y en otros procesos asociados a obstrucción reversible de las vías respiratorias (salbutamol inhalado y salbutamol oral).

Prevención del broncoespasmo (cierre de conductos de aire en los pulmones) inducido por ejercicio físico o antes de exponerse a un estímulo alergénico (sustancia capaz de producir una reacción alérgica) conocido e inevitable (inhalado).

Alivio del broncoespasmo severo y tratamiento del status asmaticus (inyectable).

Tratamiento del broncoespasmo crónico que no responde a la terapia convencional, tratamiento de asma grave agudo, tratamiento del broncoespasmo grave resistente al tratamiento habitual en el asma bronquial y otros procesos asociados a obstrucción reversible de las vías respiratorias (nebulización).

Efectos adversos y contraindicaciones del salbutamol.