El té matcha está de moda. Cada vez más gente combina este tipo de infusión con el café o lo sustituye. ¿Qué propiedades tiene? ¿es mejor que el té verde? ¿es verdad que sirve para adelgazar?
El té matcha es un tipo de té que se hace a partir de las hojas de té verde convencional y significa “té en polvo”. La diferencia entre el té verde y el té matcha está en que el primero se infusiona en agua caliente, mientras que los polvos del segundo se añaden al agua caliente, por lo que se consume el 100% de la hoja de té verde. Por eso, “el té matcha contiene 137 veces más antioxidante que el té verde convencional”.
El té verde como el té matcha provienen de la planta Camellia sinensis. “Es una de las bebidas más comunes del mundo, y muy usada en la cultura asiática; es un producto que contiene una gran cantidad de polifenoles y cafeína, aunque este último en una menor concentración”, explican Enrique José Albert Pérez y Manuel Reig García-Galbis Departamento de Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Alicante, en el documento Efectos del té verde en el estado nutricional del ejercicio físico; revisión sistemática.
Dentro de los polifenoles, “existe una clasificación de todos los tipos en función de pertenecer al grupo de ácidos fenólicos o flavonoides (catequinas). En este caso, el té matcha tiene epigalocatequina galate (EGCG) que es un potente inhibidor de la “enzima sintasa” de los ácidos grasos, generando un intermediario que inhibe el transporte de los ácidos grasos”, explican.
¿Qué beneficios tiene el té matcha?
En cuando a los beneficios del té matcha, Mónica Pascual Arce, profesora de Nutrición de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH), de Valencia, señala que estas catequinas “están presentes en altas cantidades en el té matcha y poseen una potente acción antioxidante, por lo que desempeñan un papel fundamental para la prevención del daño producido por los radicales libres sobre las estructuras celulares”.
A nivel de nutrientes, expertos de Quirón señalan que “el té matcha aporta una gran variedad de vitaminas A, B2, C, D, E, K, minerales como potasio, calcio, hierro, proteínas, clorofila y antioxidantes componentes que protegen contra los radicales libres responsables del envejecimiento y deterioro de los tejidos”. Además, su concentración de L-Teanina y Cafeína, “mejora de la eficiencia neuronal y física”.
Según esto entre los posibles beneficios asociados al consumo de té matcha se suelen citar la prevención de las siguientes enfermedades:
Patologías neurodegenerativas.
Algunos tipos de cáncer.
Sin embargo, la profesora del CEU puntualiza que “actualmente no existe suficiente evidencia científica, por lo que son necesarios más estudios que proporcionen resultados concluyentes acerca de estos beneficios del té matcha sobre la salud”.
En cuanto a sus beneficios, Marian García, doctora en Farmacia, señala que “podría ayudar a mejorar el estado de ánimo, disminuir la ansiedad, que podría mejorar la cognición y la atención selectiva”.
En cuanto a la cantidad recomendada al día, la farmacéutica indica que “el máximo aconsejado al día es de un máximo de unas 4-5 tazas de té matcha al día”.
¿El té matcha adelgaza?
Muchas personas utilizan el té matcha a diario con el reclamo de que ayuda a adelgazar pero ¿qué hay de cierto en esto? Las conclusiones del estudio Efecto del consumo de té verde o extractos de té verde en el peso y en la composición corporal; revisión sistemática y metaanálisis, del Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento.
Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN). Barcelona, concluyeron que “la ingesta de té verde o de sus extractos no se asocia a efectos estadísticamente significativos sobre la disminución del peso corporal, del IMC, del porcentaje de grasa corporal, del perímetro de cintura y de la cadera en adultos asiáticos o individuos caucásicos”.
El único resultado estadísticamente significativo fue “para el efecto del té verde en el porcentaje de masa grasa cuando se evaluó el tamaño del efecto total (sin tener en cuenta los subgrupos), obteniéndose una disminución del 0,76% en la estimación de la masa grasa. La magnitud del efecto, pese a ser estadísticamente significativa, no es clínicamente relevante”.
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