Esto es lo primero que debes hacer para aprovechar mejor el tiempo

Procrastinar demasiado repercute negativamente en todos los ámbitos de la vida. El consumo excesivo de redes sociales son en parte responsables de no aprovechar el tiempo. 

Que si la compra, que si preparar aquella presentación, que si pedir cita con el médico… La lista no acaba y, sin embargo, sofá. Y no te sientas para empezar a tachar tareas, sino para hacer scroll en el móvil. Un vídeo de adorables cachorritos. Deslizas. Uno de psicología positiva. Deslizas. Otro sobre algún plan interesante que hacer en el finde. Deslizas. Así, por cada movimiento de dedo, un vídeo; y por cada vídeo, un minuto. Se llama procrastinar y viene a ser eso de dejar para más adelante lo que puedes hacer hoy. Las pantallas, en parte, son responsables de este desaprovecho del tiempo con consecuencias para la salud mental a largo plazo. 

En concreto, este hábito puede afectar a los niveles de ansiedad y provocar un estado de culpa o impotencia por no haber realizado lo pretendido. “Sin duda, la procrastinación lleva a una baja productividad y a una mala organización del tiempo, del trabajo y de incluso nuestras propias vidas. Aquellas cosas que sí son importantes las vamos aplazando y nos entrenemos en otras que no son relevantes”, subraya Guillermo Fouce, presidente de la Fundación Psicología Sin Fronteras, quien agrega que todo ello “genera un desorden que lleva también a la tensión de las consecuencias de aquello que no se ha hecho”. En este sentido, advierte que en los casos graves donde se procrastina mucho, la persona tiende a no cumplir con los mínimos que se le exigen. Así, en el ámbito escolar, el alumno tendrá malos resultados académicos y en el laboral, el trabajador no podrá sacar adelante su trabajo. 

Cómo dejar de procrastinar

Hay que organizarse, gestionar el tiempo. Qué fácil resulta decirlo, pero una cosa es la teoría y otra, la práctica. Fouce indica que un primer paso es marcar prioridades: “Es importante evitar cosas que distraigan y que hagan procrastinar, como las redes sociales”. En este punto, el especialista hace referencia al llamado Fomo (Fear of Missing Out, por sus siglas en inglés). Se trata de un trastorno que se caracteriza por la necesidad de tener una identidad digital para estar presente y actualizado en todo cuanto suceda. 

Para no caer en este problema, el psicólogo insiste en la relevancia de plantearse calendarios y distribuir objetivos “a través de pequeñas metas hasta llegar a la gran meta”. Además, indica que se debe cuantificar el tiempo que va llevar realizar cada una de las tareas y “controlar los estímulos que pueden distraer y que van a hacer perder el tiempo”. 

Por otra parte, Fouce apunta que es conveniente el apoyo social, es decir, “que una persona desde fuera ayude a recuperar el control que se ha perdido del tiempo y a aprovecharlo”. Además, afirma que hay programas de educación con el fin de lograr una mejor organización. 

Consejos para reducir el tiempo en redes 

Desde la plataforma Cibervoluntarios, recuerdan que aplicaciones como Instagram o Tiktok ofrecen la posibilidad de controlar el tiempo dedicado a ellas. En ajustes, el usuario puede ver tanto los minutos que ha pasado consumiendo estas redes o cómo establecer un límite de tiempo para que, cuando se alcance, el teléfono móvil avise con una notificación. 

Otras recomendaciones de los expertos son

• Buscar otros hobbies que sustituyan el uso de las redes sociales. Un buen hábito con beneficios para el cerebro es la lectura.  

• Hacer ejercicio físico.  

• Tratar de no mirar el móvil cuando se esté compartiendo tiempo con otras personas, como amigos o familiares.  

• Intentar dejar el teléfono móvil fuera de la habitación por las noches. De esta manera, no se caerá en la tentación de mirarlo mientras se trata de conciliar el sueño.  

• Restringir la participación en grupos de mensajería instantánea para tener así más tiempo extra.  

• Poner en modo avión el móvil siempre que se esté comiendo.