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¿Cómo detener el vómito? Estas son las pautas según la causa

Los medicamentos para detener el vómito solo son recomendables en algunos casos porque se trata de un mecanismo de defensa del organismo. Lo que sí se puede hacer es adoptar medidas para evitar devolver nuevamente y para acelerar la recuperación.



La expulsión del contenido del estómago a través del vómito es una experiencia tan desagradable que sería perfecto poder contar con un interruptor para detenerlo a tiempo. Existen diversos fármacos (antieméticos) que cumplen esta función con mayor o menor fortuna. Sin embargo, en muchos casos es prácticamente imposible parar el vómito y, sobre todo, no es recomendable. La clave está en la causa: según cuál sea, son distintas las medidas que se pueden adoptar para evitar devolver la comida o, al menos, minimizar sus consecuencias y lograr una recuperación más rápida.



Casos en los que el vómito no se puede (ni debe) evitar

“Vomitar no es malo”, señala Pérez. Cuando la expulsión de la comida se produce como un mecanismo de defensa, los medicamentos antieméticos para evitarlo, además de requerir receta médica, pueden ser contraproducentes. Estos son los casos en los que hay que dejar que el organismo actúe:


Alimentos en mal estado y gastroenteritis

Las intoxicaciones alimentarias son una de las causas más habituales del vómito. “En verano es muy típico tomar salsas o ciertas comidas que requieren nevera, pero se dejan fuera y se contaminan”, señala la diplomada en enfermería de Semes a modo de ejemplo.


Otros posibles orígenes son las gastroenteritis, que pueden ser víricas, bacterianas o causadas por parásitos, y las intolerancias y alergias alimentarias. “En estos casos es preferible no parar ese vómito”, insiste Pérez.


Intoxicación por drogas o alcohol

Cuando se produce una intoxicación por alcohol u otras drogas, el cerebro también reacciona de esta manera. “No entiende qué está pasando, nota una sensación extraña, piensa que puede ser debido a algo que se ha tomado e intenta eliminarlo de cualquier forma; la más rápida es el vómito” indica Pérez. Estos vómitos tampoco se pueden parar, pero quienes acompañan a alguien que se encuentra en esta situación, en la que el nivel de conciencia es muy bajo, pueden adoptar precauciones para evitar que se ahogue con su propio vómito, llegando incluso a la muerte. “Cuando una persona intoxicada por alcohol o drogas esté vomitando, hay que evitar que ese vómito vuelva hacia dentro, hacia la vía aérea, y se pueda atragantar”. Habrá que colocar a esa persona de lado, es decir, en posición lateral de seguridad “y nunca con la cabeza hacia atrás”.


Estreñimiento u obstrucción intestinal

El estreñimiento de larga duración y la obstrucción intestinal (que pueden tener distintas causas) pueden desembocar en vómito ante la incapacidad del aparato digestivo para dar salida al gran bolo alimenticio que se ha formado. En estos casos, que se caracterizan por una distensión abdominal o tripa hinchada, suele ser necesario “acudir al centro sanitario o a un hospital para realizar una radiografía que confirme si hay una obstrucción” y pautar el tratamiento más adecuado, resalta la responsable de Semes divulgación.


Embarazo

El embarazo representa una situación especial. Por un lado, hay que tener en cuenta que las náuseas y vómitos son muy habituales, sobre todo al principio, y que en la gran mayoría de los casos no es mucho lo que se puede hacer; a lo sumo, adoptar medidas preventivas como comer en pequeñas cantidades y frecuentemente.


Pero, por otra parte, es preciso estar alerta porque algunos casos pueden complicarse y derivar hacia lo que se denomina hiperémesis gravídica, caracterizada por vómitos y náuseas en exceso y pérdida acusada de peso, que requerirá tratamiento médico.


Lo fundamental es que todas las medidas para minimizar las náuseas y vómitos durante el embarazo -sobre todo, las farmacológicas- deben contar con el beneplácito de los profesionales sanitarios que se encargan de su seguimiento.


Casos en los que sí se puede parar el vómito

En resumen, más que parar los vómitos, hay que intentar averiguar el por qué. “Es más interesante ir a la causa que al síntoma”, resalta Pérez. No obstante, algunas causas específicas sí cuentan con un tratamiento sintomático efectivo que previene la expulsión violenta de la comida.


Migraña

La migraña es mucho más que un dolor de cabeza, ya que se acompaña de muchos otros síntomas, que a veces incluyen vómitos. En estos casos, el médico puede recetar, junto a los fármacos específicos para la migraña, otros más específicos para evitar este problema añadido.


Tratamiento contra el cáncer

Algunos tratamientos para el cáncer, en especial la quimioterapia, pueden causar vómitos. Los oncólogos y otros profesionales sanitarios que atienden a los pacientes lo tienen en cuenta y recetan medicamentos para prevenir este efecto secundario. Asimismo, recomiendan otras medidas y hábitos de vida que contribuyen a prevenir tanto la expulsión de la comida como las náuseas.


Vértigo y mareo

Una niña saca la cabeza por la ventanilla de un coche para vomitar


El vértigo es un síntoma muy frecuente que puede deberse a diferentes enfermedades, que determinarán el tratamiento en cada caso. En ocasiones se acompaña de náuseas y vómitos, que son tratables con fármacos antieméticos que siempre deben ser recetados por el médico.


En cambio, los medicamentos para prevenir el mareo -y con ello, la posibilidad de vomitar- en los viajes por carretera o en barco son de venta libre en farmacias. “En estos casos no se trata tanto de evitar el vómito, sino el mareo”, apostilla Pérez. Las comúnmente llamadas pastillas para el mareo suelen producir sueño porque son de la familia de los antihistamínicos y lo que hacen es “dormir un poco al sistema nervioso”. Para evitar la somnolencia, muchos de estos productos incluyen cafeína en su composición. “Conviene tomar estos fármacos en torno a 30 minutos o una hora antes de emprender el viaje porque no funcionan cuando ya empezamos a estar un poco mareados”, subraya la portavoz de Semes.


Pautas para dejar de vomitar: recuperación y rehidratación

El hecho de que no sea conveniente detener el vómito en el momento más álgido o agudo no implica la inexistencia de medidas para evitar seguir devolviendo y acelerar la recuperación. Un error muy común que complica el restablecimiento es beber agua (u otras bebidas, o bien ingerir comida) justo después de haber vomitado. El estómago no está preparado y rechaza ese líquido. Es importante evitar la deshidratación, pero el peligro no es inminente y conviene ir paso a paso:


Esperar una hora tras el vómito antes de tomar nada.

Si transcurrida esa hora no se ha producido ningún vómito más, se puede empezar a beber agua, pero solo un sorbo muy pequeño.

Si en 10 minutos no hay nuevos vómitos, se puede tomar otro sorbo pequeño de agua, que debe ser del tiempo, es decir, ni muy fría ni muy caliente.

Cuando el estómago ya a tolerado unos tres sorbos en intervalos de 10 minutos, se puede comenzar a tomar un suero oral de rehidratación adquirido en la farmacia o preparado en casa (con una cucharada o dos de azúcar, una cucharadita de bicarbonato, otra cucharadita -de café- de sal y un poco de limón).

En caso de que se produzca un nuevo vómito, hay que volver a empezar desde el principio: esperar una hora sin tomar nada, seguir con sorbitos de agua cada 10 minutos…

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