El juego on line ha incrementado el mundo de las apuestas y ha hecho que el perfil de jugador cambie. Ahora es más joven y también más femenino. Jugar de vez en cuando no es malo pero ¿qué ocurre cuando no sabemos parar? Conocer los primeros signos de una posible adicción puede ayudarnos a frenar un problema que puede ser muy grave.
Las apuestas on line han cambiado el panorama de la adicción al juego. Tradicionalmente los juegos de azar se asociaban a los adultos y a las máquinas tragaperras, pero hoy en día el nuevo perfil de jugador es muy diferente. Por una parte, el juego on line ha aumentado y, por otra, se ha reducido la edad de los jugadores, situándose en los 15 años la edad de inicio en el juego. Los datos así lo confirman.
Signos evidentes
Por todo ello, es importante detectar a tiempo conductas de riesgo y para ello es clave conocer los signos que nos alertan de que algo no va bien y poner medios antes de que el problema se agrave.
“Los signos y los síntomas del juego compulsivo pueden observarse en aspectos como irritabilidad en el carácter; cambios de humor repentinos; mentir sobre las cantidades gastadas en el juego o pedir de manera constante; conducta huidiza o manipulación, entre otros aspectos”, explica la experta.
La ludopatía, describe Pliego, “es una conducta de juego desadaptativa en la que se pueden dar algunos de estos síntomas como”:
Darle muchas vueltas a todo lo relacionado con el juego.
Necesidad de invertir cada vez más dinero para obtener el bienestar deseado.
Intentar dejarlo en repetidas ocasiones, sin éxito.
Malestar intenso cuando la persona intenta no jugar.
Usar el juego para escapar de problemas.
Perder dinero que luego intenta recuperar volviendo a jugar.
Mentir a todo el que le rodea sobre su problema.
Puede cometer actos ilegales para seguir jugando.
Perder relaciones y difícil relación con el trabajo o lo académico.
Contar con alguien que tape esos agujeros que generan sus deudas.
Cómo actuar
Para ayudar a estas personas, el experto consultado por CuídatePlus cree que, “aunque el apoyo inicial es necesario también lo es tener una conducta muy estricta con ellos”. Su consejo es, por ejemplo, no darles dinero para tapar deudas, ya que esto forzaría mucho el problema. Pliego cree necesario que reciban “apoyo psicológico y, a veces, psiquiátrico, porque necesitarán medicación que les ayude a regular su sistema nervioso, muy activado por la necesidad de jugar”.
Otra opción para ayudar a estos pacientes es dejarles que toquen fondo. “Muchas veces la única manera en la que ellos se den cuenta de su ludopatía es que toquen fondo. Que lleguen a un punto en el que las pérdidas sean tan fuertes que no vean ninguna solución y entren en aceptación de su problema”. Esto, añade, puede hacer que “acaben con esa falsa percepción de control”.
En cuanto a las terapias que existen para ayudar a estos pacientes, Pliego explica que “al inicio de la terapia, se suele comenzar con técnicas cognitivo-conductuales para controlar la conducta y el problema y mantenernos de forma muy rígida fuera de todo lo que venga que ver con el juego”. Posteriormente, apunta, “es muy importante hacer una psicoterapia más profunda para ver qué hay debajo de esa tendencia al juego”. Esto es importante porque en gran parte de los pacientes “la adicción se convierte en una herramienta inconsciente de desconectar de una parte de la persona que le está haciendo daño”.
Consejos para los padres y familiares
En cuanto a los consejos que se les puede dar a las personas que conviven con un adicto a las apuestas, “deben saber que la persona que tiene una adicción comportamental no es capaz de pedir ayuda, e intentan ocultarlas. Por eso, son normalmente los familiares los que se dan cuenta antes”, informa Olga Garcia Cano, directora de Ita Adicciones.
Los expertos ofrecen una serie de consejos para padres y familiares:
Promover actividades saludables: cursos de fotografía, teatro, cine, lectura, etc. Ayudar a nuestros hijos a encontrar prácticas que les motiven y aumenten su autoestima.
Tratar de acompañarlos en sus circunstancias y ofrecerles recursos. Estar pendientes de sus necesidades, enseñarles a pensar, a resolver conflictos o a expresarlos, son formas de acompañamiento para adolescentes que pueden estar viviendo una realidad amenazante.
Observar el entorno en el hogar. Si los niveles de estrés o conflicto son altos, o el nivel de afecto y atención bajo, pueden ser puntos importantes de intervención. Que el entorno en el hogar sea suficientemente rico en confianza, comunicación y respeto, es la mejor forma de prevención de cualquier práctica de riesgo.
Es importante detectar si nuestros hijos están teniendo comportamientos adictivos y acudir a un profesional especializado en este tipo de adicciones.
¿Tiene cura?
Como en cualquier adicción, informa Pliego, “la persona puede tener total y absolutamente controlada la conducta ludópata”, pero para mantener ese control, la clave está en “evitar cualquier acercamiento a nada que tenga que ver con el juego porque tiene mayor riesgo que otras personas a recaídas”.
Es importante ser muy cuidadoso con los estímulos que inciten a jugar en aquellos pacientes que no llevan mucho tiempo en terapia. Así, por ejemplo, “si el jugador es adicto a las tragaperras, no debería ni siquiera ir a un bar donde hubiera una. Esto es así porque la máquina está hecha para llamar al juego, de hecho, cambia el volumen de la música, hace efecto caída de monedas o enciende sus luces todas a la vez de repente, para llamar la atención”.
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